Monday, November 17, 2008

Al igual que a otros, el juego de las mascaras y reflejos nos movió las luces de la raíz.
También nosotros, al parejo, detuvimos las manecillas del reloj y reorientamos al tiempo, con la voz de los ancestros y la hoguera (señora del camino) Seguimos en esa ruta: la de los pequeños, la de aquellos que por una sola aurora vencieron a la muerte, la de aquellos que por la noche se arropan de sonrisas y gratitudes, siempre a la espera de seguir en la gracia del bautismo cotidiano del primer rayo del sol. Fuimos, en pares de cuatro, resonancia de la misma profecía. Al igual que otros, sin disfraces, tejimos entre las estrellas el mensaje que salía
desde algún lugar de Montes Azules, allá donde el viento hecha marometas y juguetea entre las voces de los pájaros.
Al igual que en otras costas, de marfil y topacio, levantamos el alma de entre los escombros, los espejos entendieron al igual que los relámpagos la hora prometida;
Un puñito, con lo mejor de todos, para construir una nueva torre de babel, donde no las lenguas, el canto nos hermanaría con la luz que multiplicada en el enjambre de los adagios y los reflejos, al ritmo de la magma que fluye en las venas de los Dioses. Atentos al devenir de las marejadas siderales y el ritual de los Bacaves.


Hermano
Te han robado tu recuerdo.
Creen que es de ellos la grandeza, de tu pasado
ni tú te reconoces en el espejo.


También desmadejamos el brillo de la luna en hebras para tejer sobre el cielo la voluntad del infinito. En el intercambio de travesías y desamores, fuimos dibujando con una crayola roja sobre la mascara un nuevo rostro, acorde a las plegarias de los incrédulos.
Andando nos despedimos de un Otay que se desvanecía ante la ola del urbanismo reptante. Chupábamos del día la dosis para delinquir en el mal de amores, aún con la esperanza flameando en profética danza. Los restos del vía crucis cotidiano los observábamos en ciertos cruces del camino. Entre los chamizos latas y empaques de plástico de una travesía entre cercas y líneas divisorias en el laberinto por la sobre vivencia.
Buscamos a lo largo de una frontera endeble los pedazos de la tierra prometida, la ruta de un tranvía perdido entre las líneas de una mano gitana. Mitad Mora, mitad fuego que añora.

No comments: